Israel ha instado a más palestinos a abandonar Rafah, aumentando la intensidad de sus operaciones militares en el sur de Gaza. Los volantes y publicaciones en redes sociales han indicado a los residentes que se trasladen a al-Mawasi, una zona costera considerada por Israel como una “zona humanitaria ampliada”. A pesar de las advertencias de Estados Unidos y otros aliados sobre posibles víctimas civiles y crisis humanitaria, Israel ha afirmado su determinación de seguir adelante con las operaciones planificadas en Rafah.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha mencionado la posibilidad de un alto el fuego en Gaza si Hamas libera a sus rehenes. Sin embargo, Israel sostiene que Hamas ha secuestrado a 128 personas desde el 7 de octubre, 36 de las cuales se presumen muertas. La situación en Rafah sigue siendo tensa, con informes de enfrentamientos entre las fuerzas israelíes y los combatientes de Hamas, así como ataques aéreos en la Franja de Gaza.
La comunidad internacional ha expresado preocupación por la escalada del conflicto, especialmente en lo que respecta a la seguridad de los civiles palestinos. La ONU y organizaciones de ayuda han advertido sobre las consecuencias humanitarias devastadoras de la continua violencia en Gaza. A pesar de los llamamientos a un alto el fuego, Israel ha reiterado su compromiso de llevar a cabo sus operaciones militares en Rafah.
Mientras tanto, Estados Unidos ha reconocido que Israel podría haber utilizado armas suministradas por Estados Unidos en violación del derecho internacional humanitario durante la guerra en Gaza. Aunque se han expresado preocupaciones sobre el uso de armas estadounidenses por parte de Israel, no se han tomado medidas concretas para detener el flujo de armas hacia la región.